martes, 26 de febrero de 2013

Liderazgo andaluz

Manifestación por el Estatuto de Autonomía. 4 de diciembre 1977
Cada 28 de febrero es siempre un motivo de alegría para los andaluces. De reivindicación y de renovación del compromiso con Andalucía. Para mí, este 28 de febrero, es además un día de emociones y de sentimientos compartidos. La concesión de la Medalla de Andalucía con la que el Consejo de Gobierno de la Junta de Andalucía me distingue este año es un alto honor que asumo con humildad, con un gran sentido de responsabilidad y con orgullo, con mucho orgullo. Un honor que quiero y debo compartir con todos los afiliados, trabajadores y pensionistas de la ONCE y su Fundación porque es también de ellos.

Llegamos los andaluces a este 28 de febrero en medio de una profunda crisis institucional, política, económica y social que afecta al conjunto del Estado y arrastra a la sociedad a un pesimismo generalizado. El pesar que producen las cifras de paro y la falta de expectativas en el mercado laboral, el recorte que está sufriendo el Estado del Bienestar al dictado de los mercados, el riesgo cierto de ruptura de las conquistas sociales que hemos ido consiguiendo fruto del esfuerzo colectivo, sumado al desasosiego que provocan la proliferación de casos de corrupción conducen inexorablemente a un desapego de los ciudadanos hacia la política, distancia a representantes y representados y debilita enormemente la fortaleza de nuestra democracia.

Y en este contexto de pesimismo y desasosiego –algunos hablan ya sin pudor del riesgo de estallido social- llegamos los andaluces a otro 28-F, al Día de Andalucía, un día que estamos obligados a reivindicar con orgullo, ahora más que nunca, para volver a recordar lo que hicimos, mirarnos al espejo, coger impulso  y hacer valer esa fuerza que Andalucía conquisto en las urnas. Otro 28 de febrero como una inyección de autoestima para ganar otra vez la batalla de la resignación y el conformismo y alzar de nuevo la bandera verde y blanca a favor de la igualdad de oportunidades en defensa siempre de los andaluces con mayores necesidades.

Con el proceso autonómico, Andalucía despertó del letargo al que le había sometido y condenado la dictadura, reaccionó democráticamente y se rebeló contra quienes intentaron postergar una vez más el desarrollo de esta tierra evitando que el pueblo andaluz fuera igual en derechos que el resto. Pero Andalucía ha sido siempre una tierra solidaria, profundamente solidaria con los más débiles, y nunca ha querido para ella más que para ningún otro territorio de ese gran proyecto que llamamos España. Pero tampoco menos. Y al votar masivamente a favor de la Autonomía plena garantizó la igualdad para el conjunto de las Autonomías en un momento históricamente decisivo del diseño del Estado de la Autonomías.

Los andaluces entendimos la Autonomía como un poderoso instrumento de transformación social contra el modelo simétrico y desigual que pretendieron algunos sin entender la universalidad y grandeza del pueblo andaluz. Y no nos equivocamos. El desarrollo experimentado por Andalucía en estos treinta años largos ya de Autonomía nos dice claramente que acertamos aquel 28-F con nuestro voto a favor del sí a la Autonomía. No perdamos el sentido de la perspectiva histórica, de dónde veníamos, dónde estábamos y a dónde hemos llegado y dónde estamos ahora. Hoy Andalucía cuenta con una red de infraestructuras, con una sanidad y con una red de cobertura social, por citar tres parámetros principales, entre las mejores del mundo. Y no digo equiparable a cualquier país de la Europa más rica, digo entre las mejores del mundo, sin matizar.

Fachada del Palacio de San Telmo
Esa Andalucía emprendedora, de las nuevas tecnologías, esa Andalucía referente principal de la integración y la inclusión de las personas más vulnerables de la sociedad, es también la Andalucía que soporta las tasas más altas de paro de toda España y la que corre el riesgo ahora de ver mermada sus niveles de cobertura social limitando así el papel de referente social, de vertebrador de las políticas sociales que, a lo largo de estos 33 años de Autonomía, le han convertido en un pilar esencial del Estado del Bienestar y en un referente de primera magnitud también en el conjunto de la Unión Europea.

Queda por tanto mucha tarea por hacer. Mucha. Los riesgos que, con la excusa de la crisis, se ciernen ahora sobre el futuro de Andalucía nos obligan de nuevo a reaccionar, a esforzarnos más colectivamente por el interés común de Andalucía, en defensa de los intereses generales de nuestra Comunidad Autónoma, a ejercer activamente nuestra responsabilidad como ciudadanos y a reforzar nuestro compromiso con Andalucía.

Andalucía por delante de cualquier otra consideración, el interés general siempre por encima de cualquier otro interés particular o partidista. Esa fue la clave del proceso autonómico andaluz, que antepusimos Andalucía a los intereses particulares de los andaluces. Y ahora, en el momento de dificultad que atravesamos, requiere otra vez altura de miras, la suma de voluntades sin exclusiones, mucho diálogo y consenso y liderazgo. Liderazgo andaluz para preservar el modelo social que hemos construido entre todos en las últimas décadas.

Consenso y liderazgo andaluz para hacer del empleo, verdadera palanca de inclusión social, la primera prioridad política, económica y social de Andalucía, de las administraciones, los empresarios, los agentes sociales, las universidades, del conjunto de la sociedad. Consenso y liderazgo para blindar el carácter público y universal de la sanidad. Consenso y liderazgo andaluz para proteger el sistema de prestación social y para hacer de la educación el verdadero motor de la igualdad de oportunidades.


Fachada del Parlamento de Andalucía
Está en nuestras manos conseguirlo. Como lo estuvo en 1980 al decidir el destino de Andalucía. Con ambición y con ilusión, como lo hicimos entonces. La ilusión que mueve sentirse un pueblo orgulloso de ser andaluz.

Porque…

            Andalucía es única y es muchas,
            es una y ocho a la vez,
            es singular y diversa,
            la de siempre y la del siglo XXI.
            Y sobre todo es la Andalucía del esplendor:
            llena de luz y de vida.

Andalucía es y será de aquellos que trabajen su pan.

6 comentarios:

  1. Me gusta ese "esto lo arreglamos entre todos". Es cierto que Andalucía ha avanzado muchísimo, pero algunas cosas no cambian, parecen estáticas en el tiempo y nuestra imagen exterior aún cae en los tópicos clásicos y típicos, por otro lado, estamos tan huérfanos de tejido industrial como en 1980 y el peso especifico de nuestra comunidad en el conjunto del Estado, aún deja que desear. Andalucía debe levantar más la voz y hacerse oír mejor. Saludos y bienvenido a Blogger.

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    1. Querido Juan, me alegra que te guste y también que estemos en contacto a través de blogger. Todos juntos debemos luchar y trabajar por Andalucía. Gracias por tu bienvenida.

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  2. Gratamente sorprendido por la cantidad de compañeros que uno se puede encontrar en la red. Mucho ánimo, Patricio, con esta nueva singladura. Saludos desde Bilbao de un viejo animador sociocultural.

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    1. Muchas gracias compañero. Encantado de estar también en contacto por aquí. Un abrazo.

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  3. Vayaaaa con las altas tecnologías. Enhorabuena por tu nuevo blog. Un beso

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