jueves, 4 de abril de 2013

Naturaleza inclusiva y sostenible

Andalucía se ha convertido en un referente europeo en términos de respeto y protección a la naturaleza. Y es, sin duda, uno de los grandes patrimonios nacionales. Pero este modelo de sostenibilidad medioambiental requiere un trabajo colectivo.

Necesita de la participación social, empresarial e institucional, en el afán de garantizar ese siempre delicado equilibrio entre los seres humanos y la naturaleza. 


Sierra de Cazorla, Segura y las Villas
En este sentido, las personas con más dificultades tienen el mismo derecho que los demás ciudadanos a disfrutar de esa gran riqueza patrimonial. No puede haber una calidad de vida plena si se prescinde del disfrute de la misma.

Se ha avanzado muchísimo en términos de integración y de accesibilidad en el uso y aprovechamiento de los espacios naturales protegidos. Pero siempre queda mucho más por hacer.

Más educación, información, divulgación, más participación social, equipamientos e instalaciones adaptadas y más concienciación.

Todo esto para que la Andalucía natural de las próximas décadas sea verdaderamente de todos los andaluces y andaluzas, de todos sus visitantes, independientemente de sus condiciones o circunstancias. 


Vista de parte de la Cordillera Subbética
Porque en materia de conservación de la naturaleza, el reto de la preservación de los espacios naturales protegidos consiste, en demostrar que la protección y el uso sostenible de los recursos naturales tienen una relevancia fundamental en la vida de las personas, sin exclusiones.

Hay que apelar al espíritu de la Carta de la Tierra, para abogar por un nuevo sentido de la responsabilidad compartida. Por un nuevo modelo de relación entre el ser humano y la naturaleza, que preserve la diversidad de los ecosistemas, pero que garantice, a la vez, el disfrute a todos.

Y los poderes públicos son responsables de garantizar que ese derecho sea efectivo, sin discriminaciones de ningún tipo. Por eso, hay que proteger al medio ambiente desde una perspectiva de equidad y solidaridad. De ahí la necesidad de seguir impulsando medidas concretas, que contribuyan a esa accesibilidad. En definitiva, un mayor compromiso social por un desarrollo sostenible e inclusivo.

También es preciso un cambio de actitud que debe implicar a todos los actores comprometidos. No solo Administraciones, sino también a la iniciativa privada y ciudadana, por igual, para facilitar la máxima accesibilidad, eliminando cualquier atisbo de discriminación y exclusión social. 

Un lince y sus crías en el Parque Natural de Doñana

Hay que esforzarse en potenciar la capacidad de sentir la diferencia como un valor. Y reivindicar la sensibilidad ante la diversidad en el ejercicio cotidiano de la tolerancia.

Toda la sociedad debe participar del diseño y puesta en marcha de nuevas iniciativas de ocio inclusivo en el medio ambiente, porque así, estarán construyendo un futuro más habitable y mejor para todos.

Depende de todos encontrar la mejor manera para asegurar su protección y sacar el máximo provecho. Porque los espacios naturales son también un motor fundamental del desarrollo social y económico, de reducción de las desigualdades, y de fortalecimiento de la cohesión social.